Ayer un pequeño grupo de venezolanos en Madrid, miembros de la Plataforma Democrática, al conocer la noticia del auto dictado por el magistrado Eloy Velasco, en el que se establecen presuntos vínculos entre el gobierno del venezolano Hugo Chávez y las organizaciones terroristas ETA y FARC, nos dirigimos hasta las dependencias de ese órgano jurisdiccional, a dar respaldo al juez, pues sabíamos perfectamente que al día siguiente, Chávez y sus esbirros iban a arremeter contra la decisión judicial y contra quien la dictó.
No nos equivocamos, Chávez de viaje en Montevideo en la toma de posesión del presidente José Mujica, en un primer momento, aterrado por lo que ya se está haciendo costumbre, es decir, que todas las semanas aparecen hechos nuevos que son revelados a la luz pública de lo que ha sido su carrera delictual, le echó la culpa al “imperio” y atribuyó tal decisión a una actuación orquestada entre los EE.UU y el “colonialismo” español.
Luego, le prometió a Moratinos colaborar y llevar “sus investigaciones” hasta las últimas consecuencias, para finalmente expresar: Condénenme, la historia me absolverá, en una especie de confesión famélica.
Lo cierto es que la parca viene, con paso lento, pero viene. Para Chávez la justicia es la muerte, si, la muerte política, porque sabe que no le queda más camino que la cárcel, una vez que se vayan descubriendo todos los delitos de los que ha sido actor, colaborador y cómplice.
En Montevideo también se encontraba el Príncipe Felipe, quien tuvo el valor de sentarse en el acto oficial, dándole la espalda al dictador tropical, a sabiendas, porque ya la noticia la conocía todo el mundo, que aquél es cómplice de los que matan españoles, colabora con ellos y hasta los incorpora en su gobierno. Óle por el Príncipe, ese desplante no lo superaría ni José Tomas.
En Madrid, unos cuantos mamporreros del chavismo han salido a tratar de desvirtuar el auto judicial, señalando que está basado en el contenido de los ordenadores incautados a Raúl Reyes hace justamente 2 años. No quieren aceptar que aquellos ordenadores contenían nada más y nada menos que el archivo secreto de las FARC. Si no están muy convencidos, pueden recurrir al video en el que el propio “Mono Jojoy” reconoce la autenticidad de su contenido, y que circula libremente por la red.
Nosotros, que llevamos 8 años denunciando tanto en la Audiencia Nacional española, como en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, los crímenes de Chávez y su colaboración con organizaciones terroristas, sentimos ayer un aliento, que nos ratifica que el camino que escogimos fue el camino correcto, es el camino de la justicia.
José Antonio Gamallo, José Vilas y Maritza Ron de Torregrosa, son 3 las múltiples víctimas mortales del chavismo. Cada día que pasa nos acercamos más a la hora en que se les hará justicia.
La Parca viene, viene la parca!!
Williams Cárdenas Rubio
02.03.10