(Parte I)
Los países Iberoamericanos se preparan para celebrar con bombos y platillos los 200 años de la Independencia Americana; pero una paradoja pesa como una losa sobre nuestros pueblos: Hoy encontramos que buena parte de Hispanoamérica ha perdido su libertad y vive bajo el dominio, control y capricho de unos cuantos tiranos.
Éstos, auténticos ególatras, han utilizado como coartada para engañar a los ciudadanos, las ideas comunistas y marxistas absolutamende desechadas por la historia, pero que hoy constituyen el instrumento en el cual fundamentan la dominación.
Con esos argumentos hoy gobiernan grandes conglomerados humanos y geográficos desde Nicaragua hasta Argentina, pasando por El Salvador, Guatemala, Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil . Y tienen en la mira de sus perversos propósitos alcanzar el poder en Perú, México, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, y el resto de países americanos.
Por ello, 200 años después es necesario que llevemos adelante una nueva gesta libertadora, para rescatar a nuestros pueblos del yugo comunista y facineroso que hoy los somete.
Honduras ha lanzado un primer grito de libertad, impidiendo que las fuerzas expansionistas del Socialismo del Siglo XXI se instalaran en su territorio, como pretendían Chávez y Zelaya.
Lo logró Roberto Micheletti utilizando como únicas armas el derecho y la justicia, y por sobre todo, haciendo respetar la Constitución hondureña.
Pero en estos momentos Fidel y Raul Castro, Daniel Ortega, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, “Lula” Da Silva, los Kirchner y Fernando Lugo, auténticos y enfermizos tiranos, corruptos y criminales, tienen bajo su poder y/o influencia a una gran cantidad de países, y amenazan con extender sus dominios al resto de territorios y pueblos que todavía creen en la democracia y la libertad.
La América Hispana se encuentra bajo la égida de estados totalitarios, con unas clases gobernantes que mantienen a sus pueblos en niveles de pobreza extrema, pues su objetivo es reducir a los hombres a estados de miseria y esclavitud, de manera que les resulte mas fácil gobernarlos, expoliándolos, y cercenando sus derechos y libertades fundamentales.
En este sentido, América está en peores condiciones que antes de 1811. Nace un reto para estas generaciones, que tendremos que abordar de inmediato: Luchar de nuevo por la libertad de los pueblos americanos.
Williams Cárdenas Rubio Vargas
04.12.09
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