Recientemente he escuchado con insistencia establecer diferencias entre las Clases Medias y las clases trabajadoras, como si se trataran de algo distinto.
Ya es hora de abandonar estos criterios superados que hacen la diferenciación entre Clases Medias y los trabajadores, mas propios del siglo XIX cuando Karl Marx habló de la teoría de la lucha de clases como motor de la historia, que de los criterios que rigen las sociedades contemporáneas tal y como las entendemos hoy. Es un error que sólo obedece a la inercia con la que estos vocablos se continúan utilizando, cuando la mejor comprensión de nuestro entorno nos obliga a establecer clasificaciones mucho mas ajustadas a la realidad.
Hoy no hay distinciones de ninguna naturaleza entre las clases medias y los trabajadores, pues son justamente estas las que integran a toda esa masa de hombres y mujeres que con su trabajo constante e incesante conforman la parte más productiva de una sociedad. Es más, son el motor fundamental de la economía, sin las cuales toda la estructura social naufraga.
Qué diferencia substancial puede haber entre un hombre que sale todas las mañanas a trabajar por un sueldo o salario, en situación de subordinación, a las de un hombre que sale a hacer lo mismo, sin estar subordinado, dependiendo del fruto de su esfuerzo?.
En esencia ambos son trabajadores, que todos los días salen a laborar para traer el sustento necesario a su familia, independientemente de que uno lo haga por su cuenta y otro lo haga por cuenta ajena.
Y sus familias, las cuales dependen de los recursos que estos obtengan para satisfacer, mediante el consumo, sus necesidades vitales, son en ambos casos tan iguales que sería totalmente injusto establecer algún tipo de distinciones. O es acaso que cuando la hija de un obrero de la construcción va al supermercado a comprar un litro de leche paga con dinero diferente a la hija del dueño de la papelería de la esquina?
Estas diferencias pertenecen a una vetusta visión del concepto Clases Medias. Hoy cuando hablamos de Clases Medias nos estamos refiriendo a ese vastísimo sector de la población, que es el que mueve la economía de cualquier sociedad, para diferenciarlo fundamentalmente del sector de la población que conduce esa sociedad, política y económicamente. La lucha de clases en todo caso tiene ahora carácter político, pues es a partir de la cesión de autoridad y conducción social que delegamos en otros, de los cuales debemos establecer tal distinción.
Hay que señalar que de esta nueva concepción de la clasificación de las Clases Medias escapan quienes han sido marginados por los desaciertos de las políticas sociales y económicas y hoy, en pleno siglo XXI, se encuentran excluidos de los beneficios sociales que genera el trabajo. Obviamente, la responsabilidad de esto es de la casta dominante o conductora.
El conflicto que hoy se plantea entre ese gran sector de la población que trabaja, genera riqueza y es el motor de la economía, y aquellas élites en quienes ha delegado la función de gobernar y dirigir la estrategia política y económica de la sociedad, es de carácter esencialmente político.
Cuando esas élites traicionan el mandato que les ha sido conferido, bien por privilegiar otros rumbos o bien por incompetencia, y fracasan en sus planes económicos o políticos, y sus fracasos traen como consecuencia que vastos sectores de la clase media trabajadora se descuelguen de los beneficios sociales, surge entonces el conflicto.
En esta ocasión, en ese conflicto o lucha contra esas élites o castas dominantes no está presente el componente de lucha de pobres contra ricos que sustentó la tesis marxista, pues de lo que se trata es de relevar o desplazar del poder a las castas gobernantes, para dejar sin efecto el mandato que la misma sociedad les había entregado.
Cuando el sistema político existente no es capaz de aportar una salida pacífica, civilizada y consensuada con opciones de alternancia, nos podemos encontrar entonces ante un conflicto de características violentas.
Williams Cárdenas Rubio
20.10.09
Ya es hora de abandonar estos criterios superados que hacen la diferenciación entre Clases Medias y los trabajadores, mas propios del siglo XIX cuando Karl Marx habló de la teoría de la lucha de clases como motor de la historia, que de los criterios que rigen las sociedades contemporáneas tal y como las entendemos hoy. Es un error que sólo obedece a la inercia con la que estos vocablos se continúan utilizando, cuando la mejor comprensión de nuestro entorno nos obliga a establecer clasificaciones mucho mas ajustadas a la realidad.
Hoy no hay distinciones de ninguna naturaleza entre las clases medias y los trabajadores, pues son justamente estas las que integran a toda esa masa de hombres y mujeres que con su trabajo constante e incesante conforman la parte más productiva de una sociedad. Es más, son el motor fundamental de la economía, sin las cuales toda la estructura social naufraga.
Qué diferencia substancial puede haber entre un hombre que sale todas las mañanas a trabajar por un sueldo o salario, en situación de subordinación, a las de un hombre que sale a hacer lo mismo, sin estar subordinado, dependiendo del fruto de su esfuerzo?.
En esencia ambos son trabajadores, que todos los días salen a laborar para traer el sustento necesario a su familia, independientemente de que uno lo haga por su cuenta y otro lo haga por cuenta ajena.
Y sus familias, las cuales dependen de los recursos que estos obtengan para satisfacer, mediante el consumo, sus necesidades vitales, son en ambos casos tan iguales que sería totalmente injusto establecer algún tipo de distinciones. O es acaso que cuando la hija de un obrero de la construcción va al supermercado a comprar un litro de leche paga con dinero diferente a la hija del dueño de la papelería de la esquina?
Estas diferencias pertenecen a una vetusta visión del concepto Clases Medias. Hoy cuando hablamos de Clases Medias nos estamos refiriendo a ese vastísimo sector de la población, que es el que mueve la economía de cualquier sociedad, para diferenciarlo fundamentalmente del sector de la población que conduce esa sociedad, política y económicamente. La lucha de clases en todo caso tiene ahora carácter político, pues es a partir de la cesión de autoridad y conducción social que delegamos en otros, de los cuales debemos establecer tal distinción.
Hay que señalar que de esta nueva concepción de la clasificación de las Clases Medias escapan quienes han sido marginados por los desaciertos de las políticas sociales y económicas y hoy, en pleno siglo XXI, se encuentran excluidos de los beneficios sociales que genera el trabajo. Obviamente, la responsabilidad de esto es de la casta dominante o conductora.
El conflicto que hoy se plantea entre ese gran sector de la población que trabaja, genera riqueza y es el motor de la economía, y aquellas élites en quienes ha delegado la función de gobernar y dirigir la estrategia política y económica de la sociedad, es de carácter esencialmente político.
Cuando esas élites traicionan el mandato que les ha sido conferido, bien por privilegiar otros rumbos o bien por incompetencia, y fracasan en sus planes económicos o políticos, y sus fracasos traen como consecuencia que vastos sectores de la clase media trabajadora se descuelguen de los beneficios sociales, surge entonces el conflicto.
En esta ocasión, en ese conflicto o lucha contra esas élites o castas dominantes no está presente el componente de lucha de pobres contra ricos que sustentó la tesis marxista, pues de lo que se trata es de relevar o desplazar del poder a las castas gobernantes, para dejar sin efecto el mandato que la misma sociedad les había entregado.
Cuando el sistema político existente no es capaz de aportar una salida pacífica, civilizada y consensuada con opciones de alternancia, nos podemos encontrar entonces ante un conflicto de características violentas.
Williams Cárdenas Rubio
20.10.09
SOBRE LAS CLASES: (mi forma de ver las cosas)
ResponderEliminarCLASE BAJA: Aquella respetable y honesta clase conformista que con lo que le pagan tienen suficiente para vivir y no se plantean superarse, sino de vivir sin más aspiraciones ni preocupaciones, pues les queda muy grande el esfuerzo y sacrificio de trabajar más horas de lo normal. Que sabiendo de su sueldo fijo, coberturas sociales y extras, se limitan a vivir sin más preocupaciones ni esfuerzos.
CLASE INTOCABLE PRIVILEGIADA: Los empleados públicos, políticos, sindicatos y otros afines, pues no hay quien les supervise, quien toque sus sueldos, ni sus formas y horarios de trabajo y quienes al menor síntoma de indisposición a "trabajar", dejan su puesto tranquilamente... hasta que "se sientan mejor" PUES SON LOS VOTOS DE NUESTROS CORRUPTOS GOBERNANTES Y SINDICATOS.
CLASE MEDIA: Aquella inconformista (SIN SINDICATOS NI MIMOS SOCIALES) que tiene objetivos concretos, superarse día a día, velar por un futuro mejor para su familia, intentar vivir en mejores condiciones, motivarse creando posibilidades para otros, festejar cada logro, que con su esfuerzo, desvelos y dedicación van alcanzando.
CLASE ALTA: Los usureros y corruptos (políticos, poder económico, sindicatos, y afines a todos estos) que sin la clase media no podrían sobrevivir, que aunque se hayan hecho de mucho poder y dinero, el día que nos lo propongamos, ESO, NO PODRÁN SOBREVIVIR. Por esto, precisamente, van a por las clases medias. Y si no... tiempo al tiempo. De nosotros, de nuestra actuación inmediata depende que el sistema se hunda. ¡¡¡SEGURO!!!. (Andrés)
No se a que te dedicas pero estoy seguro de dos cosas. La primera es que vas a ser el mas rico y feliz del cementerio y la segunda es que tu, si tu, magnifico ejemplo del, o bien profesional liberal o bien pequeño o mediano empresario e incluso autónomo, no podrías sobrevivir sin que el resto de las "clases" comprara tus productos o servicios. Si, solo de tu clase "media" no podrías sobrevivir.
ResponderEliminarNo curres mucho que tus hijos y tu mujer no te van a conocer.
Saluditos
P.D:
Posiblemente pago mis impuestos mientras tu haces malabares para defraudar, pero eso solo posiblemente. :-)