VIVIR EN LIBERTAD

Las Clases Medias Iberoamericanas que han llegado a España en años recientes, nada mas pisar territorio español, sienten que han dado un salto cualitativo en su vida. Y no es otro que la sensación de libertad que te abraza apenas llegas a cualquier lugar de España, que de manera casi automática nos hace comparar ese nuevo aire de libertad que respiramos, con lo que veníamos viviendo en nuestros países de origen.

En algunos casos esta sensación es tan diferente como el día y la noche. Es el caso de los cubanos o los venezolanos, que vienen de vivir en regímenes con sociedades secuestradas por castas políticas, que para mantenerse en el poder, han restringido los derechos ciudadanos y son capaces de arremeter y violar el derecho mas sagrado de los seres humanos, que no es otro que el derecho a la vida, el cual agraden sistemáticamente.

Esta libertad se expresa de muchas maneras, pero la que más nos golpea y hace despertar de las realidades en las que vivíamos, es la sensación de seguridad ciudadana, de que nadie puede atropellarte impunemente, sin exponerse a ser sometido a un estado de derecho, que a diferencia del que hemos abandonado, si funciona y no está en manos del gobernante de turno.

El derecho a la vida, que no existe en nuestros países, porque en Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Cuba y todos esos pueblos que se han sumergido en las más profundas y retrogradas políticas populistas del siglo XXI propiciadas por Hugo Chávez, aquí en España cobra sentido y realidad.

Esto adquiere una importancia de trascendencia inconmensurable si cuando llegamos a este país lo hacemos con nuestros hijos y cónyuge. Es como si los hubiéramos rescatado de un mundo en el que el azar de la violencia hace que el límite de edad de muchos jóvenes son los 30 años.

Realmente no son las bondades materiales del primer mundo las que nos hacen abrir los ojos y sentir en cada poro de nuestra piel que hemos dado un paso importante. Son estas “pequeñas cosas” las que nos abren la mente para poder apreciar con claridad las ventajas de vivir en libertad.

Esta libertad también la apreciamos cuando leemos los periódicos, oímos radio o vemos la televisión, y sentimos que esos bellos derechos que son la libertad de prensa y la libertad de expresión se ejercen sin tapujos. Que gran diferencia con lo que ocurre en nuestros países, donde te juegas la vida por opinar.

Pues bien, en Venezuela, país latinoamericano privilegiado por la exportación de petróleo, la actual situación que ha sumergido a la sociedad en penumbras, arrancó con la crisis económica de los años 80, cuándo comenzó su deterioro moral, social y político. Los partidos trataron de salvar los muebles acudiendo a sus viejos líderes y se produjeron los segundos gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, pero el daño ya estaba hecho.

Esta experiencia vivida por los venezolanos puede ocurrir en pueblos de otras latitudes, pues al fin y al cabo nuestras sociedades no son otra cosa que una sumatoria de individuos organizados socialmente, sobre estructuras económicas sociales y políticas, como base del sistema de libertades y del estado de derecho. Pero cuando algunas de estas fallan, es alto el riesgo de que todo se vaya al garete.

No podemos permitir que este nuevo espacio de libertad pueda correr la misma suerte que han corrido nuestros países y pueblos. En este sentido, las Clases Medias Iberoamericanas nos sentimos comprometidas en la lucha por la libertad y la democracia española.

Por eso es que el próximo 7 de Noviembre estaremos allí, en la Plaza Alfonso Martínez, en el acto que convoca la Plataforma de las Clases Medias, para expresarles nuestro apoyo y solidaridad en su lucha por evitar que este espacio de libertad pueda naufragar y arrastrarnos a todos a períodos superados por la historia.


Williams Cárdenas Rubio
26.10.09