viernes, 2 de octubre de 2009

No hay mujeres en ALBA


El famoso dicho “detrás de un gran hombre hay una gran mujer” no aclara cuál es el papel de la fémina, el nivel de relación en la pareja, ni despeja otros muchos enigmas.

Hay pícaros y agudas feministas que piensan que detrás de un hombre de éxito lo que hay realmente es una mujer sorprendida.

En Honduras, doña Xiomara Castro, que nadie sabe dónde estaba cuando en pijama y de madrugada sacaron a su marido de la cama, se presenta como una esposa angustiada y afligida, aunque hacía muchos años, hasta donde tengo información, que no convivía con el delincuente-presidente.

Parece, sin embargo, que aprovechar el momento que le brinda el saltimbanqui de su consorte y la publicidad gratuita que recibe merece todo el esfuerzo por presentarse como una dama aturdida que aguarda la llegada del “esposo” desterrado y ahora refugiado. De paso, la muy pícara se promueve.

En Nicaragua, más de lo mismo. Doña Rosario Murillo exculpa a su esposo, el comandante Daniel Ortega, de las violaciones sistemáticas que hizo de su hija cuando era una niña, como aquel de la URNG (¿lo recuerdan?), y no lo encarcela, donde debería estar esa calaña de depravados.

No entiendo cómo una madre (o un padre) puede excusar a nadie de esa atrocidad, pero haciendo un enorme esfuerzo lo que puedo imaginar es al precio que lo hace.

Por eso, es vox pópuli que quien manda realmente en Nicaragua y desea llegar al poder es la tal patrona. No hay almuerzo gratis ni guerrilla que guarde castidad. Nada nuevo, María Antonieta, apodada “madame déficit”, ya dejó claro hace años de lo que era capaz.

Por ello, los dictadorzuelos de verdad, los autoritarios finos y despiadados, son célibes. Vean a Fidel Castro, solitario de siempre aunque, como Lugo (asceta también), regando hijos por doquier, pero sin mujer que desde la sombra le mueva la silla o le haga cortarse la barba y cambiarse la sudada camisa verde olivo.

O Hugo Chávez, quien aparece ataviado de rojo pasión (o sangre), porque tampoco tiene una mujer detrás que lo asesore en su imagen. Ninguno de los dos está dispuesto a que una damisela le dispute el poder o le haga plegarse a ciertos deseos femeninos. Tampoco Hitler y Mussolini tenían a la señora detrás. ¿Son o no listos los “tíos”? ¡Eh!Sigamos. ¿Quién sabe cómo se llama la pareja de don Evo Morales? ¡Ven!, ni idea, porque es de la misma mara.

Lleva esos suéteres anticuados y ese corte de pelo a lo garçon que no le favorece y nadie le dice lo fachoso que se ve. Le falta, como a los otros, su media naranja —y un poco de buen gusto— y, también como los otros, tiene hijos esparcidos y es aprendiz de tirano.

El Che fue otro del club. Sin dama fija y matando por el mundo, aunque ahora venda muchas camisetas.A estas alturas del cuento estarán pensando cuál es la situación por aquí. Lo dejo a su descabellada y calenturienta imaginación.

Con los ingredientes disponibles tienen suficiente para elaborar su teoría. Pero como no quiero ser ingrato, ahí van unas pistas más: ¿quién dilapida más dinero que nadie en este gobierno? ¿Quién dicen que manda de verdad? ¿Quién ha colocado a su mami, a su hermana, a su hermano y a otros de la “familia”? ¿Quién quita y pone ministros y otros cargos? ¿Quién quiere ser presidente? El rompecabezas no es tan difícil.

Vean lo que ocurre en Honduras y Nicaragua y se aproximarán a la solución.


Gianfranco Mazzero

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