Madrid es una ciudad encantadora, su cambio en los últimos 40 años, cuando entonces la conocí, ha sido espectacular. Pasear por el Madrid de Los Austrias es regodearse con la historia, como es fascinante también deambular por el Barrio de las Letras, Arguelles, La Latina, Lavapies, Chamberí, Chamartín, el Barrio Salamanca, Ventas, Retiro, Cuatro Caminos o ampliar el radio y perderse en Carabanchel, o Vallecas.
Cada rincón de la ciudad revela su pasado y su presente con especial belleza. El crisol en que se ha convertido por la fuerte presencia de hombres y mujeres venidos de otras tierras, que ya forman parte de su paisaje habitual, le ha dado un carácter extraordinariamente cosmopolita. Hacen falta muchos años para conocerla y aprehenderla, siempre serena, siempre dispuesta y siempre festiva.
Pero recientemente se ha sumado a esto una visión menos grata de Madrid, que la oscurece, como si una negra nube se hubiera posado en su cielo. Es la de la cantidad de negocios que cada día más colocan en sus vidrieras "Cerrado por….," y es tan extenso el motivo del cierre que se hace interminable la lista: Cerrado por inventario, Cerrado por cese del negocio, Cerrado por liquidación, Cerrado por reforma, Cerrado por razones técnicas, Cerrado por sus dueños, Cerrado por defunción, Cerrado por no poder abrirlo, Cerrado por traspaso, Cerrado por no poder atenderlo, Cerrado por clausura, Cerrado por oden judicial, y así miles de razones, cuando todos sabemos que el cierre de estas pequeñas y medianas empresas está motivado por la crisis económica que nos afecta a todos.
Las primeras en caer fueron las empresas inmobiliarias, al tiempo de que de los edificios en construcción se despeñaban miles de trabajadores que caían al vacío del desempleo. Luego el proceso se ha extendido a todos los sectores de la economía.
Estos cierres de la actividad económica afectan a cientos de miles de personas que se unen a los 5.000.000 millones de trabajadores que han sido enviados al paro, resultando seriamente expuestos a quedar definitivamente descolgadas de los beneficios sociales.
A ellos se suman miles de ciudadanos que están amenazados por los llamados Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) de las grandes empresas, a través de los cuales reducen considerablemente el personal.
Ante esto, ironías de la vida, solo la banca ha recibido un auxilio directo y significativo, pero para nadie es un secreto que de mantenerse la situación en el estado de deterioro actual, a ellos también al final los arrasará la crisis, pues una economía sin consumo y sin crédito está condenada a la asfixia.
Algo tendrá que ocurrir, pues lo que está pasando en Madrid se está repitiendo por toda España y amenaza seriamente con colapsar el estado de bienestar. Hay que hacer algo, pero parece que desde las elites dirigentes no se está por la labor. Los sindicatos están igualmente paralizados, sus razones tendrán, y la población se encuentra a la deriva.
Un intento por hacer algo tendrá lugar el próximo 7 de Noviembre a las 12:00 horas en la Plaza Alonso Martínez. Es la única opción que tienen las Clases Medias para evitar el colapso, o por lo menos para motivar una reconducción de las políticas que nos llevan al abismo.
Williams Cárdenas Rubio
30.10.09
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