La crisis de Honduras nos deja profundas reflexiones y severos juicios al comportamiento de las elites dirigentes de la llamada “Comunidad Internacional”, absolutamente divorciada de los pueblos que representan.
Honduras, país pobre, sin recursos, riquezas, petróleo, ni petrochequera, es víctima del más vil y feroz ataque visto en muchos años, ante el que sólo la dignidad de aquel pueblo y la firmeza de su Presidente Micheletti han impedido que los arrasen como hormigas.
Hoy nos encontramos en un escenario en el que un país, Brasil cuyo Presidente Lula había retirado a su embajador con motivo de la salida constitucional de Zelaya el 28 de Junio pasado, paso previo a la ruptura de relaciones diplomáticas, y que no reconoce al actual gobierno de Honduras, se ha confabulado con el presidente de Venezuela Hugo Chávez, para introducir en su embajada en Tegucigalpa al depuesto Zelaya y permitirle desde allí hacer llamados al pueblo hondueño a la insurrección y la violencia.
Al respecto debemos transcribir el texto del artículo 41 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas:
"Artículo 41
1. Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor. También están obligados a no inmiscuirse en los asuntos internos de ese Estado.
2. Todos los asuntos oficiales de que la misión esté encargada por el Estado acreditante han de ser tratados con el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado receptor por conducto de él, o con el Ministerio que se haya convenido.3. Los locales de la misión no deben ser utilizados de manera incompatible con las funciones de la misión tal como están enunciadas en la presente Convención, en otras normas del derecho internacional general o en los acuerdos particulares que estén en vigor entre el Estado acreditante y el Estado receptor."
Esta conducta, en el marco de las relaciones diplomáticas y el derecho internacional, en un paso más en la escalada hacia el definitivo rompimiento de esas relaciones diplomáticas, y sólo la actitud serena y siempre apegada al derecho internacional del gobierno hondureño, ha impedido que se dispare la violencia pretendida por Chávez y cohonestada por Lula.
Pero Lula no se ha limitado a ello. En todos los foros internacionales que ha intervenido esta última semana, ONU, Grupo de los 20, y reunión de Dictadores de África y América, se ha permitido exigir insistentemente en la vuelta de Zelaya al poder y el desconocimiento del gobierno del Micheletti.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas es muy clara en su artículo 39.2, cuando precisa el momento de la pérdida de inmunidad de los agentes diplomáticos:
" Artículo 39
2. Cuando terminen las funciones de una persona que goce de privilegios e inmunidades, tales privilegios e inmunidades cesarán normalmente en el momento en que esa persona salga del país o en el que expire el plazo razonable que le haya sido concedido para permitirle salir de él, pero subsistirán hasta entonces, aún en caso de conflicto armado. Sin embargo, no cesará la inmunidad respecto de los actos realizados por tal persona en el ejercicio de sus funciones como miembro de la misión."
2. Cuando terminen las funciones de una persona que goce de privilegios e inmunidades, tales privilegios e inmunidades cesarán normalmente en el momento en que esa persona salga del país o en el que expire el plazo razonable que le haya sido concedido para permitirle salir de él, pero subsistirán hasta entonces, aún en caso de conflicto armado. Sin embargo, no cesará la inmunidad respecto de los actos realizados por tal persona en el ejercicio de sus funciones como miembro de la misión."
Una vez que han cesado las relaciones, el agente diplomático goza de inmunidad hasta que abandona el país, siempre dentro de un plazo razonable. Por tal motivo, aquellos países que se envalentonaron a seguir las soflamas de Chávez, retiraron sus embajadores y rompieron relaciones diplomáticas con Honduras, hoy, 90 días después de aquellos hechos, no tienen razón alguna para mantener en Honduras ningún tipo de privilegio diplomático y menos aún la inmunidad de su personal y sedes diplomáticas.
Sólo la cortesía del gobierno hondureño ha permitido que permanezcan allí sin haber sido expulsados de manera expedita, habida cuenta de las inamistosas acciones desarrolladas por estos países, llevados de la mano por sus irresponsables gobernantes.
Por eso mueve a la risa el pedido de Lula a que se respete su embajada, con un Zelaya vociferante llamando a la rebelión, y mas risa da el Consejo de Seguridad atendiendo esta petición. Pero ese es el escenario que estamos observando. Obviamente, Honduras no tiene petróleo.
Hoy 90 días después, estos irresponsables ni siquiera se han molestado en leer la Constitución hondureña, para constatar la legitimidad y legalidad de la sustitución de Zelaya. Tampoco han sido capaces de rectificar y mucho menos de dejar de mantener un discurso hostil contra un país, cuyo delito ha sido defender su democracia, sus instituciones y su libertad, que quería ser entregada en bandeja de plata a Chávez por un traidor Zelaya.
Por eso podemos entender perfectamente que la reciente “cumbre” realizada en Margarita, Venezuela, que congregó los tiranos mas relevantes del continente africano y a estos falsos dirigentes de sudamérica, que como Lula, se han quitado la careta para entregarse al socialismo del Siglo XXI de Chávez y su Alba, condenaran el “golpe de estado” de Honduras.
Micheletti continúa dando lecciones de derecho internacional a estos aventureros que se suman a los de la OEA, la ONU, y la Unión Europea.
Ahora, de manera absolutamente lógica, les exige a quienes rompieron relaciones unilateralmente con Honduras, Argentina, Venezuela, España y México, que entreguen los locales donde funcionaban sus embajadas, asunto que es consecuencia directa de la decisión tomada por ellos mismos, como lo es que sus agentes diplomáticos devuelvan sus credenciales, pues ya sus privilegios, incluida la inmunidad, han fenecido.
No obstante, los exhorta a que si desean tener relaciones diplomáticas con Honduras, renegocien con el nuevo gobierno esta situación y a los que han mantenido sus relaciones con el país centroamericano, les invita a acreditar nuevamente a sus embajadores.
Todo dentro del más estricto cumplimiento a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Esto es lo que ha dejado al desnudo a todos estos jefes de estado y de gobierno aventureros, que como aves de rapiña se han lanzado a destrozar a Honduras.
Finalmente, al inamistoso Brasil de Lula, quien ha llevado a su país al peor desastre diplomático de su historia, que ha acabado de golpe y porrazo con el prestigio bien ganado durante muchos años de Itamaraty, su Cancillería, le da un lógico ultimátum para que en diez días defina la situación de Zelaya, y tal es el ridículo del país de la samba, que se permite amenazarlo “con tomar otras medidas”, si esto no ocurre.
Esto le ha pasado a Lula por ponerse al lado de su amigo Chávez. Pero son muchos otros los actores que han salido bañados de “azufre”, empezando por el Insulzo de la OEA, los”sabios” de la ONU, el jefe del gobierno español que presidirá próximamente la Unión Europea, y ahora, los líderes “demócratas” de África.
Micheletti sólo, aislado, pero con la Convención de Viena en la mano, les está dando una lección difícil de olvidar.
Williams Cárdenas Rubio
27.10.09