La Pantomima de Zelaya
ND (25/07/09-7:11am).- Medios nacionales e internacionales publicaron como noticia de primera plana el intento frustrado de Zelaya de ingresar a Honduras. Uno de ellos, el diario ABC de España lo califica como una pantomima en una nota que resume lo ocurrido en la tarde y noche de este viernes en el puesto fronterizo de las Manos.
Tras pasar dos horas en Honduras, como acto simbólico, el depuesto presidente Manuel Zelaya, volvió a cruzar la frontera con Nicaragua en la localidad de Las Manos para evitar ser arrestado, según ha informado Reuters.
Zelaya ha afirmado que no sabe cuánto tiempo permanecerá en la frontera de Nicaragua con su país. "Desconozco eso exactamente, estoy esperando un recado que le mandé a los golpistas", subrayó. También ha tenido ocasión para referirse a los posibles heridos entre sus seguidores, afirmando que se produjeron "dos heridos, seis o siete golpeados y muchos detenidos".
Zelaya cruzó acompañado por su canciller, Patricia Rodas, mientras que en la ciudad hondureña de El Paraíso, miles de manifestantes eran retenidos por los militares, informó la Agencia Boliviana de Noticias (ABN). Antes de su llegada, el mandatario depuesto pidió a las fuerzas militares que "no usen la violencia, ya que tengo el derecho legítimo de regresar a mi país y atender el mandato que el pueblo hondureño me dio".
Mientras cruzaba la frontera, el mandatario declaró que sólo está defendiendo sus derechos que "y los señores que están en esta actitud deben bajar sus fusiles y dialogar, yo creo que en el mundo está en riesgo el sistema democrático y no debemos ceder en este campo".
En cuanto a la posibilidad de que las autoridades de facto lo apresen, Zelaya afirmó que la justicia de los "golpistas es una justicia nula", por ello indicó que si lo detiene el régimen de facto "cometería un gran error porque esa situación no la aceptaría nadie".
Después de cruzar desde Nicaragua la línea fronteriza de su país, Zelaya declaró que llega a "buscar un diálogo con el pueblo y los golpistas".
Zelaya, quien se mantuvo unos metros más allí de la línea fronteriza, dentro de Honduras, dijo que desea entrar en "comunicación con los militares y la Policía".
El depuesto mandatario cruzó la frontera rodeado de decenas de seguidores y luego estableció comunicación con un alto oficial de las Fuerzas Armadas de su país, con quien dijo que mantendrá un diálogo, sobre el que no precisó detalles. Indicó que como el oficial le dijo que no podía cruzar la frontera, entonces le respondió que él iría a su encuentro en suelo hondureño.
Zelaya subrayó que quiere "hablar con el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas" y que en su país "los políticos se van a las fiestas y ponen a los militares a dar los golpes" de Estado.
Poco después y ya en Nicaragua, Zelaya declaró haber mantenido conversaciones con asesores cercanos al gobierno de Micheletti y declaro: "no quiero ir a provocar (...) si me asesinan el problema no se va a resolver".
El presidente fue derrocado el 28 de junio por los militares, lo que provocó un rechazo generalizado de la comunidad internacional, que no reconoce al nuevo Gobierno que preside Roberto Micheletti, que hasta entonces era el titular del poder legislativo.
Micheletti asumió el poder por designación del Parlamento hondureño, que no admite que en el país hubo un golpe de Estado, sino una "sustitución constitucional".
Reacciones a la vuelta La breve vuelta de Zelaya a Honduras ha provocado reacciones a nivel internacional. La primera ha sido la de Hillary Clinton. La secretaria de Estado de EE. UU. ha declarado que, a su parecer, la vuelta de Zelaya es «imprudente», matizando que la tentativa «no contribuye al esfuerzo general realizado para restablecer la democracia y el orden constitucional en Honduras».
Clinton ha pedido a Zelaya que acepte las proposiciones del mediador, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias.
Por otro lado, José Manuel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), reiteró que aunque la OEA aboga por el regreso del depuesto presidente a su país, está en desacuerdo en la "forma que el presidente tomó para regresar".
Insulza añadió que respalda la vuelta de Zelaya, pero siempre y cuando ésta se haga "de forma pacífica".
La posición contraria es la que ha manifestado Óscar Arias, presidente de Costa Rica y mediador entre las partes hondureñas. Arias afirmó que la fugaz entrada de Zelaya "no es el camino" para solucionar la crisis y abogó porque se firme el acuerdo propuesto por él.
"Gracias a Dios fue una visita corta y no tuvo consecuencias que tengamos que lamentar, pero ese no es el camino para la reconciliación del pueblo hondureño", declaró Arias en una conferencia de prensa.
Tampoco han faltado las reacciones desde Honduras. El Gobierno de Micheletti ha lamentado que Zelaya haya recurrido a la fuerza tras abandonar el diálogo para buscar una salida pacífica a la crisis política del país.
La cancillería, en un comunicado, dijo que "deplora" que Zelaya "abandone la mediación, declarándola fracasada, y recurra al uso de la fuerza poniendo en riesgo la vida de los hondureños".
El pueblo hondureño está dividido. Mientras que los seguidores de Zelaya festejaban en la localidad del El Paraíso su vuelta a Honduras con júbilo y alegría; sus detractores se manifestaban en una marcha promovida por agrupaciones empresariales, sociales y políticas en la ciudad de San Pedro Sula, para rechazar su regreso al país y en defensa de "la paz y la democracia".
Uno de los organizadores de la marcha, Leonel Ayala, hizo la siguiente declaración: "no queremos la imposición de un ex presidente que está inhabilitado políticamente y que violó la Constitución".
Familia de Zelaya Xiomara Hortensia Zelaya, hija del presidente depuesto de Honduras, pidió a su padre que le espere a ella y a su madre en el lugar donde cruzó la frontera y entró en su país.
En declaraciones a la cadena multiestatal Telesur, la hija del presidente derrocado indicó que está tratando junto con su madre y otros miembros de su familia llegar hasta Las Manos, el puesto fronterizo por el que Zelaya entró en territorio hondureño.
Según la corresponsal de Telesur, la familia Zelaya se encuentra a unos 20 kilómetros del lugar, y en el momento de la entrevista con la hija del presidente depuesto, estaban parados en un retén policial, con cuyos oficiales intentaban dialogar para seguir su camino.
En el puesto fronterizo donde cruzó a Honduras, Zelaya estaba poco antes de las 19.30 GMT hablando por teléfono desde el interior de un vehículo, según imágenes de Telesur, sin que se dieran detalles sobre quién era su interlocutor.
Poco antes, según la cadena con sede central en Venezuela, un oficial hondureño le había indicado al presidente derrocado que tenía órdenes de arrestarle y que estaba preparado para hacerlo.
Posible detenciónMomentos antes, desde la localidad nicaragüense de Las Manos, el lugar elegido para entrar en Honduras, el presidente derrocado aseguró que no teme a los golpistas y que "si me apresan al entrar a Honduras provocarán la indignación del pueblo hondureño".
Rodeado de medios de comunicación, Zelaya aseguró que los militares en la zona "deben ser juzgados por tribunales internacionales. "Muéstrenme los francotiradores", dijo el mandatario dirigiéndose a la multitud que lo acompaña.
Aun así, y de acuerdo con información suministrada por el canal de noticias Telesur, un inspector de apellido Rodríguez advirtió de que Zelaya sería detenido en cuanto tocase suelo hondureño.
Por su parte, Zelaya mantuvo conversaciones telefónicas antes de dirigirse a la aduana con varios líderes internacionales como los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y de Argentina, Cristina Fernández.
Una entrada paciente Zelaya, con su sombrero vaquero, llegó al frente de una caravana conduciendo un jeep blanco y acompañado del canciller de Venezuela, Nicolás Maduro.
El mandatario depuesto caminó hacia la frontera, llegó al puesto migratorio y volvió sobre sus pasos, y dijo que esperaría allí a su familia, mientras helicópteros militares hondureños sobrevolaban la zona.
"Estamos esperando que los militares levanten los obstáculos que están poniendo (...), vamos a tratar de acercanos", dijo Zelaya al llegar, asegurando que intentaría entablar un diálogo con el Gobierno interino que tomó el poder después del golpe de Estado del 28 de junio. "Ellos cometerían un grave error (si realizan el arresto) porque provocarían más la indignación del pueblo", agregó.
Zelaya había dicho que si no logra entrar en el país por Las Manos, tiene a su disposición helicópteros para intentar llegar por la frontera con Guatemala o El Salvador.
Sus partidarios en Las Manos, unos 100 kilómetros al sureste de Tegucigalpa, dijeron que su plan era restituirlo en el poder. "No tenemos armas pero estamos dispuestos a agarrar piedras o palos para pasar a recibir a Zelaya", afirmó Merlin Roberto Rivera, un trabajador de una hacienda de 24 años de Olancho, el estado natal del mandatario derrocado.
«No tenemos armas pero estamos dispuestos a agarrar piedras o palos para pasar a recibir a Zelaya»
Muchos en Honduras temían que su retorno desatese la violencia. Un joven murió el 5 de julio cuando los soldados abrieron fuego contra los manifestantes que esperaban a Zelaya en el aeropuerto de Tegucigalpa en su primer intento de retomar el poder.
Adelanto del toque de queda El Gobierno 'de facto' de Roberto Micheletti confirmó hoy cambios en el toque de queda en las zonas cercanas a la frontera con Nicaragua, donde quedó prohibido circular por las calles a partir de las 12.00 horas (20.00 hora española). Todas las garantías individuales han sido suspendidas, así como el libre tránsito, informó la prensa local.
El motivante de esta decisión fue el desplazamiento desde ayer dde centenares de seguidores de Zelaya hacia los límites con Nicaragua para esperar el retorno del mandatario depuesto, quien emprendió rumbo ayer desde Nicaragua hasta Honduras.
El Gobierno de Micheletti, por su parte, al conocer la noticia del regreso de Zelaya, ordenó ayer el despliegue de militares y policías en las zonas que están cerca de la frontera para impedir el paso de manifestantes. A pesar de ello, los seguidores de Zelaya se congregaron a ambos lados de la frontera. Según informó la Agencia Bolivariana de Noticias, los congregados recibieron la noticia de la entrada de Zelaya al país con gritos de "Viene Mel" y "Queremos a Mel", mientras comenzaban a reunirse frente al cordón militar que les impide trasladarse a la localidad de Las Manos, en Nicaragua.